La necesidad de trabajar a distancia ha crecido notablemente en los últimos años, junto a ello,  la colaboración remota también se va introduciendo en las organizaciones que caminan  sin prisa pero sin pausa hacia la flexibilidad y la movilidad como única estrategia para tener empleados más  capacitados, satisfechos y leales. Hoy para atraer el talento es necesario contar con aquella tecnología que permita hacer más fáciles los procesos y accesibles sin importar la ubicación.

En nuestro país, por ejemplo, la adopción de llamado trabajo flexible es la más baja de toda Europa, según datos de IDC al indicar que llega tan sólo al 13 por ciento. Conceptos como colaboración  no tienen la misma incidencia ni penetración en todos los países, pero sí se comienza a entender en España que en el escenario digital que nos toca para hacer frente a la llamada tercera plataforma (aquella donde cobra importancia las aplicaciones y los usuarios multidispositivos) hay que apoyarse necesariamente en la movilidad, big data y la nube, pero sobre todo ir hacia organizaciones mucho más flexibles que fomenten que el trabajo se pueda realizar desde otros ámbitos. Es decir,  las empresas deben desterrar la idea del trabajo por horas e ir hacia el trabajo por objetivos de tal forma que la presencia en la oficina será cada vez  menos necesaria, gracias a la tecnología.

Además el trabajo flexible tiene un impacto directo sobre el compromiso de los empleados, según señala IDC, cuestión fundamental para atraer el talento, y  supone un ahorro de costes al poder contratar al mejor esté donde esté. Con ello,  las  estrategias de colaboración tendrán una consolidación mayor en el  futuro, donde precisamente contar con tecnología móvil será la llave para incrementar la productividad, creatividad, satisfacción y lealtad. Pero la barrera apunta a que muy pocas empresas aún tienen un soporte TI en remoto que propicie esa nueva realidad.

Se pronostica que no será hasta 2020 cuando las empresas den el salto completo a esa realidad que traerá desde una mayor democratización de la tecnología, menos costos de gestión y hará posible un acortamiento del llamado time to market o lo que es lo  mismo: la reducción del tiempo a la hora de lanzar un producto al mercado.

Foto: Gratisography