Las organizaciones se enfrentan hoy a una serie de prioridades digitales muy dispares y asumir el control a menudo en este plano requiere una serie de conocimientos adecuados para trazar la estrategia más conveniente a seguir. La figura del partner tecnológico poco a poco está tomando una gran relevancia en un contexto altamente cambiante donde se hace necesarios una firme dirección para asumir el control. Hablamos de cada vez más organizaciones apuestan por buscar una empresa que le acompañe, asesorándole de manera personalizada, sin olvidar sus necesidades, ni el sector al que pertenece.
Sabemos que la no digitalización conlleva una serie de peligros como la reducción de la productividad, de ingresos, pérdida de personal capacitado y fuga de clientes. El enfoque tecnológico es, por tanto, vital para la supervivencia de cualquier negocio que debe saber enfocar sus esfuerzos tanto en la optimización de sus procesos y su eficacia operativa. Sin embargo, no errar en el intento a la hora de buscar un socio tecnológico adecuado se antoja a veces una cuestión compleja.
Lo prioritario es que su partner cuente realmente con soluciones diferenciadas para empresas de distintos tamaños. Es evidente que todas las organizaciones tienen sus necesidades específicas, por ello, hay que buscar que su socio ideal ofrezca un soporte adecuado y que tenga capacidad de respuesta.
Lo más conveniente es que antes de empezar su búsqueda detecte cuáles son las necesidades tecnológicas de su empresa, algo que a menudo se obvia. Tampoco está mal analizar el mercado y su competencia más directa.
Frente a ello, la experiencia y el conocimiento son también dos de las cuestiones más altamente valoradas por el 68 por ciento de las empresas, según indica el último estudio de Fuijitsu realizado a 600 directivos.
Precisamente una de las principales conclusiones que se desprenden de dicho estudio es que la eficiencia es el beneficio más valorado de la tecnología por los encuestados, y que las decisiones de compra se ven motivadas por el deseo de contar con las últimas tecnologías que les proporcionen productividad y movilidad.
Un partner tecnológico adecuado debe ocuparse, por tanto, del asesoramiento, selección, implantación, puesta en marcha, mantenimiento y seguimiento de los proyectos además de dar respuesta rápida y eficaz en todo momento, ofreciendo experiencias de cliente altamente satisfactorias y una excelencia operacional importante, a lo que ha de añadirse una alta especialización y un equipo humano multidisciplinar y en continuo aprendizaje para afrontar los retos.
En ese contexto lo que no cabe duda es que la información de una empresa y su salvaguarda así como su optimización es uno de los valores más preciados de las organizaciones.
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